Diariamente mis pacientes me consultan sobre si es recomendable o no tomarse una aspirina al día. El carácter preventivo de la aspirina para evitar el surgimiento de problemas vasculares en los pacientes ha sido tema de debate durante años en la comunidad médica. Y no es para menos, pues el ácido acetil-salicílico, popularmente conocido como Aspirina, es uno de los remedios más antiguos de la humanidad: los egipcios, sumerios y griegos usaban un preparado de sauce blanco para tratar diversas dolencias.
En 2018 se cumplieron 119 años de la invención de este fármaco, del cual se consumen diariamente unos 216 millones de comprimidos y se fabrican cada año alrededor de 100 mil millones de tabletas, según cifras de su fabricante mas famoso, Laboratorios Bayer.
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¿Qué es la Aspirina?
Bien es conocido el uso de la aspirina para aliviar el dolor, la fiebre y la inflamación, pero ¿Cuál es su verdadero efecto cardiovascular?
La Aspirina es catalogada como una droga antiinflamatoria no esteroidea (iniciales en inglés NSAID), pero también suprime el funcionamiento normal de las plaquetas, lo cual la hace más atractiva en determinadas condiciones donde pueden suceder ataques al corazón, trombosis, u otros eventos cardiovasculares. Por esta razón, la aspirina es diferente a cualquier otra droga antiinflamatoria ya que tienen un funcionamiento muy particular.
La aspirina tiene la particularidad de prevenir la formación de coágulos dentro de las arterias gracias al bloqueo irreversible de las plaquetas. Su efecto impide que las plaquetas se peguen a las paredes de las arterias, que es el paso inicial en el desarrollo de una trombosis, evitando la disminución y bloqueo del flujo sanguíneo causante de eventos cardiovasculares como los accidentes cerebrovasculares (ACV) o los ataques cardíacos.
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¿Aspirina, prevención primaria?
El debate de la idoneidad o no de la pastilla más popular del siglo XX comienza cuando se propone su uso con fines de prevención primaria o secundaria en materia cardiovascular. Entonces, ¿Cuándo debe o no el paciente tomar la aspirina para evitar el desarrollo de una trombosis venosa profunda (TVP) o cualquier otro evento cardiovascular?
La respuesta es sencilla: no hay ninguna evidencia científica de peso que demuestre los beneficios en prevención primaria, es decir, en personas que NUNCA han tenido un problema cardiovascular (infarto cardíaco, ACV, trombosis arterial de miembros inferiores) salvo en caso de pacientes con factores de riesgo para desarrollar esa trombosis arterial: sobrepeso, sedentarismo, colesterol alto, diabéticos, condición hereditaria, fumador e hipertensión arterial.
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¿Aspirina en prevención secundaria?
Caso contrario sucede en la prevención secundaria, es decir, cuando un paciente ya ha sufrido un evento cardiovascular y la toma de la aspirina busca disminuir el riesgo de reincidencia.
En estos casos lo recomendable es usar el ácido acetil-salicílico como sustituto o en combinación de los fármacos anticoagulantes que se prescriben durante los primeros seis meses después del accidente cardiovascular, siempre que el médico tratante lo vea conveniente.
La ingesta diaria de dosis bajas de Aspirina en estos pacientes SI disminuye al máximo los riesgos de sufrir nuevos eventos cardiovasculares, pues el efecto antiagregante evitará el surgimiento de nuevas acumulaciones de plaquetas culpables del bloqueo interno de las arterias del organismo.
La mejor recomendación siempre será consultar a tu médico de cabecera o tu cirujano vascular si en tu caso personal se recomienda o no el consumo de Aspirina como parte del tratamiento de tu condición cardiovascular.
Si tienes alguna duda sobre el consumo de aspirinas u otro tratamiento para combatir las várices puedes ponerte en contacto con nosotros al +58 212 985 7723 o por medio del formulario de contacto de nuestra web .
